TÉ, SALUD Y BIENESTAR







El té está de moda en todo el mundo por sus aportaciones saludables. En este sentido, cada vez son más los estudios sobre los efectos beneficiosos de los componentes de esta planta en la salud, siempre que se incorpore esta infusión a la dieta habitual. También, se la relaciona con la prevención de ciertas enfermedades como las cardiovasculares, la diabetes, el cáncer o el Alzheimer. En concreto, se destacan las siguientes aportaciones:
  • Los polifenoles del té son antioxidantes que protegen al organismo frente al envejecimiento celular, contribuyendo  a regular los niveles de colesterol y ayudando al cuerpo a absorber menos grasa.
  • Su contenido en flúor previene la formación de caries.
  • La teofilina ejerce un efecto diurético y también vasodilatador.
  • La teína resulta un “estimulante suave” del sistema nervioso central que contribuye a despejar la mente.

Tipos de té y peculiaridades



A partir de las hojas frescas de la ‘Camelia Sinensis’ se elaboran distintas variedades de té. Se puede hacer una clasificación del té en cinco colores genéricos en función de su color, sabor y nivel de contenido de principios activos, características que dependen exclusivamente de los métodos de elaboración utilizados.


Té Negro

Para elaborar esta variedad las hojas frescas de la Camelia Sinensis pasan por un proceso de oxidación completo que transforma el color verde original de la hoja en un marrón oscuro, haciendo que los aromas se tornen más complejos. Las infusiones resultantes tienen un color ámbar, con cuerpo y sabor intensos. Se trata de la variedad más estimulante, ya que la oxidación favorece la liberación de la teína en la infusión.

Té Oolong

También conocido como té semi-fermentado o “Té Azul”, en su elaboración se repiten los procesos de enrollado y oxidación de las hojas hasta veinte veces. En esta variedad se combinan las características del té verde y del té negro, destacando unas u otras en función del grado de oxidación. La infusión resultante tiene un sabor equilibrado, ligeramente tostado y los colores resultan ocres anaranjados. Destaca por su función digestiva.

Té Rojo (Pu Erh)

Té chino post-fermentado a partir de hojas de té verde, con un proceso especial de fermentación en bodegas no revelado por sus productores. Utilizado ancestralmente por la medicina china, destaca por su función como reductor de peso y del nivel de colesterol en sangre. Su infusión es oscura con tonos rojizos y su carácter, marcadamente terroso.



Té Verde

La oxidación de las hojas se impide mediante un escaldado rápido para desactivar la enzima oxidasa. La infusión resulta suave y delicada, ligeramente herbal y de tonos amarillentos, verdosos o dorados. Resulta diurético y rico en antioxidantes.

Té Blanco

Se elabora a partir de las tres hojas terminales de la planta, con el brote sin abrir y con su capa de “pelusa blanca”, lo que le da el nombre a esta variedad. Las hojas sin oxidar se marchitan y secan artesanalmente, preservando todo el sabor y las propiedades de la planta. Se trata de la categoría más selecta y distinguida por su aporte máximo de antioxidantes.

Rooibos e Infusiones

Ofrecemos en nuestra carta un amplio surtido de Rooibos e Infusiones.  Aunque no  proceden de la planta de té, tienen muchos beneficios saludables, entre ellos, alto contenido en vitaminas y minerales, propiedades digestivas y relajantes y no contienen estimulantes. Constituyen la perfecta alternativa al té para momentos de puro relax o bien una alternativa sana para los niños y gente con sensibilidad a la teína.






Diversos estudios realizados en laboratorios de diferentes países han encontrado en el té sustancias que tradicionalmente han mostrado su eficacia en la prevención,  control y reducción de algunos tipos de cáncer o tumores cancerígenos.
Pese a la prudencia de los investigadores, las conclusiones de varios experimentos llevados a cabo, parecen redundar en la teoría de que los flavonoides, unos compuestos orgánicos presentes en el té con propiedades antioxidantes, en ciertos casos ejercen una acción inhibidora de esta enfermedad.

La temperatura a la que se ingiere la infusión también puede ser determinante en un sentido u otro. Las propiedades antioxidantes de los flavonoides tienden a desaparecer cuando el té se consume muy caliente. Investigaciones realizadas en China en 1994 demostraron que en el cáncer de esófago, en cuya prevención el té juega un papel importante, se daba esa relación. Así, los efectos positivos del té disminuían a medida que aumentaba la temperatura a la que se consumía.
Las cualidades antioxidantes de los flavonoides también se dejan sentir en el órgano más importante de nuestro cuerpo: el corazón.
Las investigaciones realizadas hasta el momento han establecido un vínculo entre el consumo de 4 ó 5 tazas de té al día y el descenso de colesterol en la sangre y la  regulación de la tensión arterial.


El té ha mostrado su eficacia en la reducción de colesterol y triglicéridos (dos tipos de grasas presentes en la sangre) tal y como lo demuestran algunos estudios llegados a cabo en Gran Bretaña y Noruega:
  • En la primera experiencia, cuyos resultados se publicaron en 1992, 4.317 hombres y 1.698 mujeres presentaron signos evidentes de que a medida que crecía la ingesta de té bajaban los niveles de colesterol en la sangre.
  • En el mismo año 9.856 noruegos y 10.233 noruegas de entre 35 y 49 años fueron sometidos a idéntico estudio comprobándose también un apreciable descenso del  colesterol. Asimismo, se ha procedido a analizar la influencia del té en la tensión arterial llegando a la conclusión de que un consumo de 4 ó 5 tazas diarias consigue  reducir el valor máximo o sistólico de la misma.
Su bajo contenido en sodio y la presencia de potasio, dos elementos que tradicionalmente se asocian con el control de la tensión, explicarían el papel regulador de la infusión (otros 2 estudios realizados entre amplios grupos de población parecen avalar la tesis de que el consumo regular de té reduce el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares).
La acción de los flavonoides, comprobada en varios experimentos de laboratorio, sería la responsable de este efecto beneficioso. Sin embargo y al igual que ocurría con los exámenes efectuados para determinar la positiva incidencia del té en la prevención del cáncer, existen dificultades para aislar el papel de la bebida en el conjunto de la dieta seguida por las personas sometidas al control. Sí se sabe, en cambio, que el cuerpo humano necesita los flavonoides por sus propiedades antioxidantes y que el té es, en muchos países, la principal fuente de suministro de este importante compuesto orgánico.