El running: un estilo de vida




Tener las ganas y trabajar en forma paulatina son algunas de las claves para convertirse en un runner.
Ver entrenar  a las personas por las calles es una postal muy común. 

Y es que correr "deporte conocido como running" se está haciendo parte de muchas personas, quienes además de estar haciendo un evidente gasto energético, también mencionan que se despegan del estrés, se concentran en la superación de sus metas e incluso “intentan arreglar el mundo” a través del movimiento de sus pies.

Últimamente, el running en España se ha tomado las  ciudades, tanto que se habla de una especie de “boom” o “fiebre” de esta actividad deportiva, la que ha sido adoptada por un número importante de personas, hombres y mujeres, quienes corren en su mayoría durante las primeras horas del día y más aún los fines de semana, donde todos se “toman” las principales áreas verdes de la ciudad.

Pero como el running no es sólo lanzarse a correr, es necesario saber qué beneficios trae este deporte y además qué precauciones debe tomar quien decida iniciarse en la actividad, esto porque si bien trotar no implica mayor dificultad, sí es necesario saber por ejemplo, qué calzado e indumentaria utilizar, por dónde correr, cuándo no hacerlo, etcétera.

Lo principal que debe tener una persona que quiera convertirse en un runner (corredor) es “tener las ganas e ir de a poco, no ser impaciente ni arrancar a la primera con una maratón”.
Una de las cosas principales de esta actividad – sobre todo para los principiantes – es asesorarse por gente especializada. 
 “Este boom del running ha dado la posibilidad de la creación de muchos clubes y por lo tanto hay muchas alternativas donde asesorarse”


“Hay mucha gente que se entusiasma con esto y corre de inmediato una maratón de 42 kilómetros sin tener una preparación adecuada y eso, en la mayoría de los casos termina al poco tiempo traducido en lesiones”
Por eso, agrega, “lo principal para aquellas personas que están empezando es partir con cuidado, despacio y siendo moderado”. De esta manera, es mejor  iniciar con caminatas para luego pasar al trote y luego directamente a correr.


El running no sólo es correr
Para aquel que piense que practicar el running es levantarse una mañana y decidir calzarse unas zapatillas y partir a trotar, está muy equivocado, pues esta actividad no es tan obvia como se piensa.

Un runner también significa obedecer a cierto estilo de vida, esto según manifiesta porque “en la medida en que uno se va comprometiendo, va adecuando sus hábitos al deporte”.

De esta manera,“cuando uno se entusiasma, es más constante con los entrenamientos, se pone metas importantes” y por lo tanto, esto casi por inercia lleva a los practicantes a mejorar su condición física, dejar el sedentarismo y mejorar sus hábitos alimenticios.






En este contexto, el “cambiar de vida” traerá como consecuencia un bienestar a nivel estético y también orgánico, pues correr trae muchos beneficios, los que se traducen en una mejor salud y aspecto físico.

En relación a esto, el running incide en la baja de peso corporal y por ende, a la quema de grasa. La notoriedad en este aspecto, explica, dependerá de cada persona y cosas como la contextura y el tipo de entrenamiento al que se someta.

Ser un runner implicará cambios físicos y también orgánicos. El fortalecimiento de las piernas y el aumento y mejora de la frecuencia cardiaca y la capacidad pulmonar son algunas de las consecuencias de correr. Las diferencias en estos efectos pueden verse en la manera de trotar y en la superficie en que se practique (sitios planos, subidas o bajadas de cerros, entre otros).

La fisonomía del cuerpo también sufre cambios, donde cada runner comenzará a notar algunos que tienen que ver por ejemplo con la definición de las fibras musculares, logrando con esto que la silueta “se adelgace” y marque musculatura, efecto contrario en aquellas actividades donde se tiene como objetivo aumentar masa muscular.

A nivel orgánico en tanto, existen muchos cambios, como el aceleramiento del metabolismo, donde comenta hay casos en que la persona comienza a comer más, pero de igual forma disminuye de peso. “La idea es comer siempre de manera equilibrada y de según lo que recomiende el nutricionista”